La atención centrada en la persona está basada en la idea irrefutable de que ninguna persona es igual a otra. Todo ser humano tiene diferentes intereses, necesidades, sueños, deseos y preferencias. Por este motivo, la individualización es y tiene que ser el valor central de los servicios que atienden a personas, con o sin discapacidad. Así como cada persona tiene que ser el centro de su propia vida y todos los profesionales ser prestadores de apoyos para acompañar a la Persona en su proyecto de vida.
Desde todos los servicios de San Juan de Dios, se trabaja para que el usuario o persona atendida que se acerca a uno de nuestros Centros pueda sentirse acompañado y tratado en todas los ámbitos de su vida, al tiempo que se potencia todo aquello que le puede hacer feliz.
Las relaciones con la familia, los amigos y la comunidad, la cultura, el trabajo, forman parte de la importante tarea de desarrollo de la autoestima mediante la incorporación de un rol positivo y funcional. El empleo protegido es una herramienta clave en este proceso.
Nuestro modelo de atención se centra exclusivamente en la persona, sobre todo en su apoyo para tirar adelante sus proyectos de vida y sus expectativas de futuro. Defendemos la consideración singular de cada persona como un ser único, frente a la consideración general del colectivo de las personas con disCAPACIDAD.
Nuestros profesionales, en su día a día, dan valor a las capacidades, ya que resaltándolas y utilizándolas se crean oportunidades para descubrirlas aún más, fomentando la autodeterminación, la autonomía y el desarrollo personal de las personas con discapacidad. Este hecho, ha posibilitado que nos podamos nutrir de experiencias verdaderamente positivas.